historia del abecedario o alfabeto
El abecedario latino fue una
adaptación del alfabeto griego. Los griegos, que desde el siglo VIII a.C. se
habían instalado en la Magna Grecia, entraron en contacto con los pueblos de
Italia y les influyeron culturalmente, enseñándoles la escritura alfabética.
Es importante saber que en la antigüedad no existían más que la mayúsculas o
unciales, y que por tanto fueron las únicas que emplearon griegos y romanos.
Probablemente la ciudad más influyente fue Cumas, cuyos habitantes pertenecían a los griegos occidentales, con un alfabeto algo diferente del griego jónico-ático. En época monárquica los etruscos dominan buena parte de la Península Itálica y aprenden de los griegos de Cumas la escritura, adoptándola a su lengua.
Al final de la época monárquica, o
al principio de la época republicana, los romanos adaptan ligeramente la
escritura etrusca a su lengua. Después en época clásica, ante la enorme
avalancha de helenismos que entran en latín, al abecedario se reajusta para
poder representar los sonidos del griego -esta vez ya común- que eran
extraños al latín.
Las minúsculas empiezan a emplearse al final de la antigüedad y surgen de la necesidad de escribir el trazo completo de una letra sin levantar la mano del papel (o el material que fuere), redondeando los ángulos para conseguirlo. Como este proceso se produjo paralelamente en latín y griego después de muchos siglos de escritura independiente en ambas lenguas, el resultado de este proceso, las minúsculas, fue mucho más divergente que lo que había sido el de las mayúsculas. |
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