avances del abecedario
Aunque hay muchas similitudes entre los
alfabetos de distintos idiomas, se observan también diferencias peculiares en
cada uno.
No
siempre está claro qué es lo que constituye un alfabeto específico, único. El
francés utiliza básicamente el mismo alfabeto que el inglés, pero muchas de las
letras usan marcas adicionales, como la é, la à y la ô. En francés, estas
combinaciones no se consideran letras adicionales. Sin embargo, en islandés
letras acentuadas tales como la á, la í y la ö se consideran letras distintas
del alfabeto. En español, la ñ es una letra distinta, pero vocales acentuadas
como la á y la é no lo son. La ll y la ch también se consideraban letras
aparte, pero en 1994 la Real Academia
Española cambió el
ordenamiento, de modo tal que la ll está ahora, en el diccionario, dentro de la
l, entre lk y lm, y la ch está dentro de la c, entre cg y ci.1
En
alemán, las palabras que comienzan con sch- (que constituyen el fonema alemán ʃ) se intercalaron
entre las palabras que empiezan con sca- y las palabras que empiezan con sci-(todas ellas, casualmente,
palabras tomadas como préstamo de otros idiomas), en vez de que este grupo
gráfico apareciera después de la letra s,
como si fuera una sola letra – una decisión lexicográfica que resulta obligatoria en un
diccionario de albanés, donde dh-, gj-, ll-, rr-, th-, xh- yzh- (todos los cuales representan fonemas
y se consideran letras por separado) aparecen después de las letras d, g, l, n, r, t, x y z,
respectivamente. Asimismo, en un diccionario de inglés las palabras que inician
con th- tampoco tienen un lugar especial después
de la letra t, sino que
quedan incluidas dentro de ésta, entre te- y ti-.
Las palabras alemanas con diéresis se ordenan alfabéticamente como si no
hubiera diéresis alguna – contrario a lo que ocurre con el alfabeto turco, que supuestamente adoptó
los grafemas ö y ü alemanes, y donde una palabra como tüfek ("arma"), aparece en el
diccionario después de tus ("sal").
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